La agroecología emancipatoria nos lleva a re-pensar la vida, como dice el texto: “actuar desde la cultura y la espiritualidad”, más allá de reducir todo a la producción y me quedo con este principio del Zapatismo: servir y no servirse.
– Ana Aranguren

60 personas de 5 países de américa latina (Colombia, Venezuela, Brasil, Argentina, Chile y Bolivia) nos reunimos en nuestro Círculo de Estudios Agroecológicos para conspirar sobre un mundo donde florezcan muchas autonomías.
Leímos y discutimos el texto Agroecología(s) emancipatoria(s) para un mundo donde florezcan muchas autonomías, escrito por Valentín Val y Peter M. Rosset. A continuación, compartimos con todo el mundo que quiera leernos sobre lo conversado en la sesión, agradecemos a los autores, y nos agradecemos a nosotres mismes por habernos permitido ser parte de estas reflexiones.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que compartimos y conspiramos con muchas personas de diversas latitudes lo que nos permitió ampliar el espectro de percepciones alrededor de la agroecología. Como elemento principal de las reflexiones consideramos, alineados a la lectura, que la agroecología no es únicamente una técnica para cultivar sin productos de síntesis química. La agroecología es, un proyecto político, cultural y ontológico que sitúa a la vida en el centro y propone una ruptura con las lógicas de despojo, explotación y dominación que caracterizan al sistema capitalista eurocéntrico.
Entiendo a la agroecología no solo como una forma de transición del modelo de producción, sino también como una transformación del modo de pensar, de hacer y de ser.
– Andrea Gómez Navarro
En tanto herramienta de lucha, la agroecología permite a los pueblos reclamar su autonomía sobre su territorio, la tierra, las semillas, el agua, los alimentos y otros. Rescata saberes ancestrales y comunitarios, al tiempo que da lugar para nuevas prácticas que responden a las realidades locales. Es un movimiento que se convierte en un espacio de resistencia frente al monocultivo y el agronegocio, pero también en una propuesta de reorganización social basada en la solidaridad, el cuidado de la vida y por la vida.
Allí donde el capitalismo precariza, mata y expulsa, la agroecología ofrece la posibilidad de transformar a lxs sujetxs marginadxs en actores políticos, que reconfiguran las relaciones sociales y ambientales. Allí donde se impone la necropolítica del capital, la agroecología emerge como camino para poner la energía, los conocimientos y los afectos al servicio de la reproducción de la vida.
Así mismo, la lectura nos impulsó a discutir sobre el hecho de que debemos tomar conciencia decolonial urgente. Deconstruir las estructuras mentales qué nos han sido impuestas culturalmente y que inconscientemente hemos absorbido. Este complejo proceso, implica superar al sujeto individualista, narcisista, competitivo y aislado, para que emerja el sujeto colectivo y comunitario. De esta manera, dar el primer paso para que emerja la agroecología, recuperando ecosistemas y entorno sanos, para producir alimentos sanos (Jorge Viterbo ENRIQUE, 2025).
Por eso, cuando hablamos de agroecología, hablamos de emancipación, de la capacidad de los pueblos para reapropiarse de su destino, recuperar el control popular de los territorios, como lo expresan Peter Rosset y Valentin Val (2022) en:
« La agroecología es una vieja-nueva herramienta de lucha en el largo proceso de resistencia de los pueblos. En el sentido amplio al que venimos haciendo referencia, la agroecología autónoma emancipatoria es también un dispositivo que ayuda a “geolocalizar” las relaciones de poder en el territorio, colaborando en los procesos de participación, toma de decisión y construcción de democracia radical desde las bases. »
Creemos que otro mundo es posible y que está germinando desde abajo, en cada huerta, en cada semilla, en cada comunidad que decide vivir en coherencia con la tierra.

Algunos comentarios de lxs compañerxs en el círculo nos hicieron reforzar la idea de luchar por la vida misma. En nuestras discusiones resaltamos que, en Colombia y América Latina, la agroecología se ha convertido en una vieja-nueva herramienta de lucha frente a los agronegocios, el neoliberalismo y el despojo territorial. Varios compañeros insistieron en que es resistencia y emancipación, a la vez que camino de vida; ligado a la memoria, la espiritualidad, la reciprocidad y el cuidado del territorio.
Hacer agroecología desde un lugar emancipador requiere además de creatividad y tenacidad, mucha humildad epistémica, reconocimiento mutuo colectivo y organización.
– Santiago Vargas Correa
De esta manera, pudimos concluir que la fuerza emancipadora de la agroecología radica en cuestionar el modelo actual en que funcionan el sistema agroalimentario hegemónico y propone un modo distinto de habitar el mundo. Es cuerpo, territorio y palabra en acción, es memoria que se expresa en la siembra, en la crianza recíproca con la semilla, en la conservación y dispersión de semillas nativas, en la construcción de redes de economía solidaria y en la defensa de la vida y la naturaleza.
¡Muchas gracias por este encuentro! Interesante ver cómo este texto despertó en nosotres palabras, sentires y reflexiones distintas a las que disparó el texto anterior (véase Soberanía alimentaria en el Perú, Eguren y Zegarra 2017 próximamente). Y pienso que tiene que ver con la aparición de nociones como comunidad, emancipación, lenguaje inclusivo, transformación (no sólo reformismo), florecimiento, resistencia, sueños, mujeres y disidencias en la agroecología. Cuerpo/palabra/territorio en acción. ¡Somos muches en lucha y unides!
– Ana Victoria Perez
Para finalizar, cabe la pena mencionar que, una de las cosas que recogemos de los comentarios de todes es el sentir común de que la agroecología nos une a todes en un vértice, que permite, entre nuestras diferencias, encontrar un norte práctico, donde se juntan nuestros sentipensares y podemos organizar nuestra D I G N A R A B I A.
Me pareció una lectura muy poderosa, profunda, sin miedo y sin permiso. ¡La emancipación es necesaria y el sistema se va a caer, se va a caer!
– Isa Rodríguez



Refuta con mucho sentido humano, el concepto de desarrollo infinito,qué nos impuso por la fuerza, la modernidad Civilizatoria Capitalista
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Muy importante la reflexión y que con estos temas además el espacio del círculo se pueden unir esos pensamientos de defensa de la tierra hacia la agroecologia como base fundamental del buen vivir agradezco a todos y todas por su disposición de compartir todas esa experiencia significativa que enriquecen nuestros pensamientos qué vivan las semillas criollas y nativas por siempre